Al llegar a los 30 años de edad el desarrollo muscular se detiene comenzando a declinarse gradualmente con el paso del tiempo. Esto provoca una disminución en la fuerza y en la funcionalidad, sobretodo en el movimiento convirtiéndose en una discapacidad, explicó el Pediatra especialista en infectología Felipe Aguilar Ituarte.
A esta pérdida de músculo se le llama sarcopenia, relacionada con la edad, la falta de actividad física y una dieta balanceada nula. Para diagnosticar a la sarcopenia hay que medir la masa muscular (la circunferencia de la pantorrilla), la fuerza muscular (presión y flexión) además de rendimiento (velocidad de la marcha e intensidad). Con se definie el nivel del padecimiento, comentó El geriatra Carlos D´Hyver. Si la persona no puede hacer una tensión de por lo menos 20 kilogramos hay pérdida de músculo.
Los hombre entre los 18 y 29 años de edad pierden alrededor del 10 por ciento de su tono muscular mientras que las mujeres un 14 por ciento menos. De los 50 a 59 años de edad en señores disminuye un 37% mientras que en señoras un 61 por ciento de músculo. Los más afectados son las personas de la tercera edad de 80 años o más en donde los hombres pierden un 43 por ciento y las mujeres 61 por ciento, recapituló D´Hyver.
Factores de pérdida
Además de la edad, el músculo se deteriora por que la síntesis de proteínas disminuye degradándose con mayor facilidad. Esto trae como consecuencia infiltración de grasa en el tejido ocupando el espacio que antes era propio del músculo.
Otras dolencias que afectan la densidad de los músculos son la artritis y artrosis, dos complicaciones que afectan a la población de la tercera edad, susceptibles a tener una dieta aburrida y rutinaria al no variarla. Otro segmento de la población que es frágil a este problema son las mujeres que no tienen hijos además de personas que padecen de tabaquismo y alcoholismo, aseguró D´Hyver.
Síntomas y complicaciones
El doctor D´Hyver advirtió que hay cambios de humor, el paciente se cae por pérdida de fuerza, “si usan bifocales ya no pueden enfocar el piso y se lesionan”. La energía de la persona disminuye, hace menos actividades cotidianas que antes y con esto se pierde la independencia.
Al cambiar el contenido proteico del organismo aparecen las infecciones en bronquios, tráquea, del aparato urinario, las heridas tardan más en cicatrizar, además de reducir la capacidad de recuperación si hay un accidente o cirugía ejemplificó D´Hyver.Cabe mencionar que, “el 40 por ciento de los adultos mayores al tener sarcopenia tiene una posibilidad de padecer neumonía”. añadió el doctor Aguilar.
Ejercicio, básico para la salud
“Es mas fácil ir a jugar dominó, ir a tomar café que hacer deporte. Antes se iba al parque, al boliche, las mamás hacían más ejercicio que ahora”, dijo D´Hyver.”Todos debemos ejercitarnos, con ello se hace fuerza y resistencia benéfica para mantener a los músculos saludables.
Un gran ejemplo es Charles Atlas quien puso una imagen mundial de salud y ejercicio. Su masa muscular la desarrolló con ejercicios estáticos con ayuda de ligas. Así como estos ejercicios simples hay otros que se pueden realizar en casa y la oficina, enunció D´Hyver.Por ello es importante que la gente de la tercera edad se anime a tener ejercicios breves de resistencia para mejorar la fuerza, el equilibrio y la resistencia.
Una dieta rica en proteínas, frutas y verduras
La buena nutrición es necesaria desde niños, tener un equilibrio, procurar los cinco colores de frutas y verduras y una porción de proteína es indispensable para tener energía. Una persona necesita por cada kilogramo de su peso corporal 1.5 gramos de proteína, esto se encuentra en lácteos, carnes, huevo, embutidos y soya” ejemplificó el doctor Aguilar.
Algunos elementos que ayudan a prevenir la sarcopenia son:
1.- Vitamina D: Se encuentra en aceite de hígado de bacalao, pescados grasos, leche, cereales y suplementos alimenticios (entre otros). Esta vitamina se activa con los rayos UV del sol fomentando la absorción de calcio y su mantenimiento además de la masa muscular y la fuerza.
2.-HMB: es un metabolito de la leucina (aminoácido) producido de forma natural por el cuerpo humano. En cantidades mínimas se encuentra en el aguacate, la toronja y el pescado. Este elemento ayuda a incrementar la síntesis de proteínas, disminuye la degradación de proteínas y estabiliza la membrana celular de los músculos.
“Hay complementos alimenticios de evidencia clínica que ayudan al paciente a tener las cantidades necesarias de estos nutrientes y de las proteínas necesarias para mantener el tono muscular, sobretodo en personas que no pueden moverse debido a una hospitalización. Dichos suplementos no aumentan la masa muscular, pero si ayudan a que no se deteriore”. Esto y un plan de ejercicio aeróbico y de resistencia, finalizó Aguilar, colaborador en el Departamento de Infectólogos del Hospital Infantil de México.
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