
Acostumbrar a los niños a beber refrescos desde pequeñitos podría tener consecuencias desfavorables para su salud, ya que no sólo puede desarrollarles una adicción por ese tipo de bebidas y un posterior desarrollo deobesidad y diabetes, sino afectar su sentido del gusto respecto al sabor dulce, señaló Carlos Hoyo Badillo, científico del Departamento de Farmacología del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav).
El investigador indicó que la sensación provocada por el gas podría evitar que los niños quieran consumir agua simple y pura para hidratarse, además de que la baja de energía provocada por el primer refresco genera que la persona desee consumir otro de inmediato.
De acuerdo con la dosis de glucosa que tienen los refrescos respecto al peso de un adulto y un niño, a éste último le toca una dosis más alta de azúcares, explicó el científico, ganador del premio Canifarma en 2012. .
El investigador recordó que recientemente, en la revista Public Health Nutrition, un estudio señaló que consumir refrescos en exceso aumenta la adiposidad y el tamaño de la cintura en niños de cinco a 12 años de edad, y señaló que un refresco de cola de 600 mililitros contiene el equivalente a diez o 12 cucharadas de azúcar.
Al consumirse tanta azúcar y sin que exista una cultura de la actividad física, es más probable que la persona desarrolle diabetes, además de aumento en el volumen gástrico a causa del gas que contiene el refresco.
Finalmente, Carlos Hoyo indicó que es importante brindar información al respecto a los niños, para que eviten el consumo de refresco, además que los adultos deben poner el ejemplo frente a ellos.
“Otro aspecto fundamental sería quitar las máquinas y los expendios de refrescos en las escuelas y fomentar el consumo de agua natural, tal vez enfriándola o agregándole hielos”, concluyó. (Fuente: Cinvestav)
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