lunes, 18 de junio de 2012

Niños de ciudad más propensos a alergias

Un estudio realizado en Estados Unidos, señala que los niños que viven en la ciudad son dos veces más propensos a desarrollar algún tipo de alergia hacia los cacahuetes, crustáceos y moluscos.

El estudio que será publicado en julio próximo por la revista Clinical Pediatrics, fue el primero en detectar alergias alimentarias en base a su ubicación geográfica.

De acuerdo con la investigación que se llevó a cabo por Ruchi Guptaen de la Universidad Northwestern Feinberg, de los 38.465 niños que se mantuvieron bajo observación, el 9,8 % que vivía en zonas urbanas sufrían de alergias a los alimentos, en comparación a quienes lo hacían en comunidades rurales (6,2 %).

Se llegó a la conclusión de que las alergias a los cacahuetes son dos veces más probables en zonas urbanas que en las comunidades rurales (2,8 % frente a 1,3 %).

También la sensibilidad al marisco es más frecuente en las ciudades (2,4 % frente a 0,08 %).

Cabe mencionar que las alergias a los alimentos son al igual que otras graves independientemente de donde viva cada niño, pues de acuerdo a los resultados obtenidos en la investigación, casi el 40% de los niños alérgicos estudiados ya había experimentado alguna reacción alérgica peligrosa a los alimentos.

Gupta asegura que del estudio se deduce que a mayor densidad de población, es mayor también la probabilidad de alergias alimentarias en los niños. "Esto demuestra que el medio ambiente tiene un impacto en el desarrollo de las alergias a los alimentos".

La alergia alimentaria es un problema de salud grave y creciente. Se estima que casi 6 millones de niños padece alguna alergia alimentaria potencialmente mortal, según un estudio anterior del propio Gupta.
Una reacción alérgica grave que supone disminución de la presión arterial, dificultad para respirar e hinchazón de la garganta puede llegar a ser mortal.

Según investigaciones anteriores, existe mayor prevalencia de asma, el eccema, rinitis alérgica y conjuntivitis en las zonas urbanas que en las zonas rurales.

La hipótesis más acertada es que la exposición temprana a ciertas bacterias asociadas con la vida rural podrían proteger contra la hipersensibilidad a los alérgenos, aunque por otro lado se teme que algunos de los contaminantes puedan ser los que desencadenen dichas alergias.

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