De acuerdo con Eric Robinson, de la Universidad de Liverpool, Reino Unido, las personas que hacen otras actividades mientras comen, como ver la tele, jugar videojuegos o leer, suelen ingerir más calorías que quienes se concentran en comer.
Según el investigador esto ocurre con más frecuencia cuando la noche se acerca, y la causa es que la mente se mantiene dispersa y olvida cuánto ha comido, además que la ingesta puede subirse en un 50%.
"Aunque decidimos qué y cuándo comer con una aparente serenidad, esas decisiones son en realidad muy complejas y se alteran fácilmente", dijo por correo electrónico Suzanne Higgs, coautora del estudio y psicóloga de la Universidad de Birmingham, Reino Unido.
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores realizaron un experimento en donde las personas comían realizando actividades específicas, un grupo era el atento, es decir comían sentados tranquilamente y solo hacían esta actividad a la vez, y otro grupo, era distraído, no ponían atención a lo que comían ni cuanto ingerían.
Con estos datos, el equipo de Robinson revisó la literatura científica e identificó 24 estudios realizados entre 1997 y el 2011 que habían incluido un "experimentador" que manipulaba la atención, la memoria y la conciencia de los participantes en relación con la comida; todos los estudios habían sido controlados y supervisados, aunque diferían en los métodos para manipular la atención y la conciencia de sus participantes.
Entre los estados que se analizaron fue un grupo de hombres y mujeres adultos miraron TV mientras comían, mientras que en otro, los participantes comían pistachos, cuyas cáscaras se eliminaban del lugar inmediatamente.
Los experimentos habían incluido entre 14 y 122 participantes; en 18 de los 24 estudios participaron estudiantes universitarios. Casi todos los participantes tenían un peso normal.
Higgs dijo que el análisis sugiere que existirían diferencias estadísticamente significativas entre los que comían atentos y los que lo hacían distraídos, quienes comían un 10% más que el otro grupo. Y volver a comer con distracciones más tarde aumentaba más de un 25% la cantidad de calorías ingeridas.
Pero al recordar la cantidad que ya se había comido, se lograba que comieran 10% menos de la cantidad en la siguiente comida, y con estos resultados, los autores opinan que las dietas para adelgazar podrían incluir técnicas asociadas con el consumo atento de comida.
"Los resultados se aplicarían sólo a las personas con peso normal", consideró Michael Lowe, de Drexel University y que no participó del estudio.
"Aunque se utilice el mismo entorno experimental, sería difícil saber si esas mismas intervenciones se aplicarían a participantes obesos. Hay algunos grandes pasos más por dar antes de que podamos utilizar estos resultados para ayudar a los pacientes a no recuperar el peso perdido", finalizó Lowe. (Medline)
Según el investigador esto ocurre con más frecuencia cuando la noche se acerca, y la causa es que la mente se mantiene dispersa y olvida cuánto ha comido, además que la ingesta puede subirse en un 50%.
"Aunque decidimos qué y cuándo comer con una aparente serenidad, esas decisiones son en realidad muy complejas y se alteran fácilmente", dijo por correo electrónico Suzanne Higgs, coautora del estudio y psicóloga de la Universidad de Birmingham, Reino Unido.
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores realizaron un experimento en donde las personas comían realizando actividades específicas, un grupo era el atento, es decir comían sentados tranquilamente y solo hacían esta actividad a la vez, y otro grupo, era distraído, no ponían atención a lo que comían ni cuanto ingerían.
Con estos datos, el equipo de Robinson revisó la literatura científica e identificó 24 estudios realizados entre 1997 y el 2011 que habían incluido un "experimentador" que manipulaba la atención, la memoria y la conciencia de los participantes en relación con la comida; todos los estudios habían sido controlados y supervisados, aunque diferían en los métodos para manipular la atención y la conciencia de sus participantes.
Entre los estados que se analizaron fue un grupo de hombres y mujeres adultos miraron TV mientras comían, mientras que en otro, los participantes comían pistachos, cuyas cáscaras se eliminaban del lugar inmediatamente.
Los experimentos habían incluido entre 14 y 122 participantes; en 18 de los 24 estudios participaron estudiantes universitarios. Casi todos los participantes tenían un peso normal.
Higgs dijo que el análisis sugiere que existirían diferencias estadísticamente significativas entre los que comían atentos y los que lo hacían distraídos, quienes comían un 10% más que el otro grupo. Y volver a comer con distracciones más tarde aumentaba más de un 25% la cantidad de calorías ingeridas.
Pero al recordar la cantidad que ya se había comido, se lograba que comieran 10% menos de la cantidad en la siguiente comida, y con estos resultados, los autores opinan que las dietas para adelgazar podrían incluir técnicas asociadas con el consumo atento de comida.
"Los resultados se aplicarían sólo a las personas con peso normal", consideró Michael Lowe, de Drexel University y que no participó del estudio.
"Aunque se utilice el mismo entorno experimental, sería difícil saber si esas mismas intervenciones se aplicarían a participantes obesos. Hay algunos grandes pasos más por dar antes de que podamos utilizar estos resultados para ayudar a los pacientes a no recuperar el peso perdido", finalizó Lowe. (Medline)
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