jueves, 10 de octubre de 2013

Plan de la OMS para mejorar salud mental

La OMS define a la salud mental como “un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad”.

Los países más susceptibles a no poder controlar o tratar estos padecimientos de la psique son aquellos países de ingresos bajos y medios porque esto causa una grave escasez de recursos, tanto humanos como económicos que no cubren o refuerzan los servicios de salud mental.

Actualmente, los países con alto poder adquisitivo, destinan a la mayoría de sus recursos de atención sanitaria en  la atención y el tratamiento especializados de los enfermos mentales y, en menor medida, a un sistema integrado de salud mental.

Discriminación y maltrato

Los enfermos mentales también tienen que enfrentarse diariamente a la discriminación en la educación, el empleo y la vivienda. En algunos países incluso se les prohíbe que voten, se casen o tengan hijos.

Debido a que la población que padece de enfermedades mentales son muy vulnerables están expuestos a que no se les respete sus derechos humanos. Son estigmatizados por la sociedad siendo aislados y sin el cuidado especial que requieren, La OMS cuenta que en algunas comunidades son expulsados, abandonados sin comida y semidesnudos o en harapos, atados y apaleados.

En algunos de los casos, aquellos enfermos mentales hospitalizados también sufren al ser inmovilizados con grilletes metálicos, confinados en camas-jaula, privados de ropa, sin agua potable o de instalaciones sanitarias adecuadas, además de ser ignorados.

La OMS puntualiza acciones necesarias para elevar la calidad de vida, autonomía –en lo posible- vigilancia y cuidados de quien padece alguna enfermedad mental. Es por ello que esta institución de salud ha iniciado un programa mundial de acción para ayudar a los países a elaborar y aplicar políticas, planes y legislaciones de salud mental coherentes e integrales y a asegurar la disponibilidad de servicios de salud mental a nivel comunitario.


1.- Cambiar actitudes y ser más consientes como sociedad: ya sean instituciones públicas o privadas tener una cultura y respeto por las enfermedades mentales así como abogar por sus derechos.

2.- Mejorar los derechos humanos en los servicios de salud mental: crear mecanismos de vigilancia de los derechos humanos para proteger a los pacientes del trato inhumano y degradante, de las malas condiciones de vida y de los ingresos y tratamiento involuntarios inapropiados y arbitrarios. Además de ello, los pacientes deberán tener  acceso a mecanismos de reclamación en caso de violación de sus derechos humanos.

3.- Dar poder de acción a los usuarios de servicios de salud mental y a sus familiares: Los gobiernos deben apoyar la creación o fortalecimiento de las organizaciones de usuarios de los servicios de salud mental y de sus familiares. Dichos grupos se encuentran en la mejor posición para señalar los problemas, explicar sus necesidades y contribuir a encontrar soluciones para mejorar la salud mental en los países, por lo que tienen una función esencial que desempeñar en el diseño y aplicación de las políticas, planes, leyes y servicios.

4.- Sustituir a las instituciones psiquiátricas por la comunitaria: Las grandes instituciones, asociadas con violaciones de los derechos humanos, deben ser sustituidas por centros comunitarios de salud mental en donde cuenten con una infraestructura efectiva para tratar el problema (camas de hospital para pacientes psiquiátricos en los hospitales generales y la atención domiciliaria).

5.- Aumentar la inversión en salud mental: Aumentar el presupuesto sanitario de los gobiernos enfocados en la salud mental. Además, de una formación especializada en  salud mental con el fin de asegurar que la población tenga acceso a servicios de salud mental de calidad en todos los niveles del sistema de atención sanitaria.

6.- Adoptar políticas, leyes y servicios que fomenten los derechos humanos: Los países deben poner en práctica políticas, leyes y servicios de salud mental que fomenten los derechos de los enfermos mentales, les den poder efectivo para hacer elecciones sobre su vida, les proporcionen protección legal y les aseguren su plena integración y participación en la comunidad.

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